Los seres humanos modificamos nuestra realidad según la forma en que utilizamos el lenguaje, y por ende concluye que no existe tal realidad, sino una lupa, lente o mapa con el cual cada uno de nosotros configuramos la forma de ver el mundo.
Basado en las teorías de Noam Chomsky, un lingüista, filósofo y activista norteamericano, creador de la sintaxis gramatical o gramática generativa, Chomsky fue muy criticado por sus ideales anarquista. Sin embargo, es considerado como una de las personas que más aportó al campo de la gramática y el lenguaje.
A través de las teorías de Chomsky, Bandler y Grinder demostraron en el citado libro, con una base científica, que cuando hablamos, tanto con los demás como con nosotros mismos, no transmitimos lo que experimentamos. Las experiencias se ven modificadas por un proceso que llamaron "proceso de derivación", que proviene de un mecanismo inconsciente que utilizamos los seres humanos y que se ve afectado por ciertos filtros.
En principio, ellos supusieron que dichos filtros son mayormente (o exclusivamente) gramaticales o lingüísticos, aunque hoy se sabe que los estados de ánimo, las emociones y nuestras propias creencias también contribuyen a las "derivaciones del lenguaje".
Quisiera
comenzar haciendo algunas distinciones que generalmente los seres humanos no
realizamos por desconocimiento. Primero quiero explicar qué es una distinción.
Un buen
ejemplo que escuché de Julio Olalla sobre las distinciones es el siguiente:
Llevo el
coche al mecánico y le digo que algo está mal con el motor. Entonces él me
dice:
- "Por
favor encienda el coche"
No sé si
han notado que los mecánicos siempre se acercan al motor para escucharlo. Y
luego de unos segundos se vuelve a incorporar, parece que piensa un poco y dice
-
"mmm... aja... está claro... el problema está en las válvulas."
Y yo le
preguntó tratando de que no se noté tanto mi ignorancia.
-
"¿Claro... está en las válvulas... y cómo lo supo?"
-
"Pero está claro... ¿Usted no escucha ese ruido?"
Me acerco
para escuchar el motor y aparentemente no hay nada nuevo. Los motores siempre
hacen mucho ruido.
- "No
logro DISTINGUIR ningún ruido"
Y si nos
toca un mecánico hábil, él nos dice algo como:
- "Ese
ruido, como si golpeara dos cucharas entre sí... ¿no lo escucha?"
Y en ese
momento, algo que antes no existía en mi realidad, ahora pasa a ser parte de mi
mundo, porque cuando él me hace notar la DISTINCIÓN, yo paso ese ruido del
inconsciente a la mente consciente. Ahora sí puedo escucharlo. ¿Dónde estaba
antes ese ruido?
Cuando los
seres humanos no tenemos distinciones, nos perdemos oportunidades de aprender.
Por eso, es importante que hagamos tres (3) distinciones básicas en esta
temática, y ellas son: la experiencia, la estructura profunda y la estructura
de superficie.
1 - La
Experiencia: La experiencia no tiene lenguaje, es exclusivamente información
que ingresa por alguno de nuestros cinco (5) sentidos. No solo las experiencias
que vivimos, sino también las que creamos en nuestra mente, utilizan alguno de
nuestros sentidos. La diferencia entre las experiencias que vivimos y las que
creamos o (recordamos) tiene una sola diferencia. Las primeras utilizan el
órganos de percepción (ojo, oído, nariz, papilas gustativas o piel), las
creadas o recordadas usan el sentido (el sistema nervioso) pero no
necesariamente el órgano. De cualquier manera, lo que quiero resaltar, es que
no hay experiencia sin uso de los sentidos. El lenguaje no hace a la
experiencia, pero la experiencia sí hace al lenguaje.
Para
comprenderlo mejor pensemos en un perro. Los perros no hablan y en eso estamos
todos de acuerdo. No obstante tienen tantas experiencias como los seres
humanos. Si le doy comida a un perro, él no piensa cuáles serán mis
intenciones, solo ve la comida, se acerca, la prueba, y si le gusta la come. La
experiencia de este perro fue posible gracias al uso de varios sentidos, como
la vista, el tacto y el gusto. Aquí nunca apareció el lenguaje,
afortunadamente, ya que no quisiera encontrarme un perro que habla.
La segunda
distinción incluye al lenguaje, pero lo incluye de una manera muy particular.
2 - La
Estructura Profunda: Llamamos estructura profunda a la descripción lingüística
de la experiencia. Si el perro hablará, nos contaría esta historia:
- "Un
humano se acercó a darme comida, tenía hambre, la probé y me gustó, y me
terminé comiendo todo. Después me fui."
Lo que
quiero hacer notar con este ejemplo, es que aquí el lenguaje está utilizado
para describir la experiencia de una forma objetiva. En la estructura profunda
utilizamos el lenguaje para describir la experiencia sensorial. No estamos
colocando interpretaciones, juicios, creencias ni pensamientos. Es meramente
una descripción de los hechos y como tal, debería ser exactamente igual
independientemente del sujeto que la describa. Esto es, ¡imposible!
La
estructura profunda como tal, no existe. Lo que sí existe, es la capacidad de
acercarnos a ella. Y el lector lo va a comprender luego de que explique la
tercera distinción.
3 - La
Estructura de Superficie: Esta es la que todos conocemos. Es el uso cotidiano
del lenguaje. Utilizamos la estructura de superficie cuando hablamos con
nuestros amigos, cuando vamos al médico, cuando hablamos con nosotros
cotidianamente, cuando nos quejamos, cuando festejamos y toda otra ocasión.
La
estructura de superficie está viciada. Este vicio no es necesariamente
disfuncional, de hecho muchas veces es útil y por ende funcional.
Si
prestamos atención al lenguaje, vemos que existen palabras como
"Todos", "Nadie", "Nunca", Etc. Estas palabras
son solo un ejemplo que elegí para poder mostrar cómo es que viciamos nuestra
Experiencia a través de la Estructura de Superficie.
Todos hemos
escuchado o mencionado frases como
"Al
final todas las personas son iguales"
"Siempre
me pasa lo mismo"
"Nunca
voy a aprender esto"
Estas
frases son comunes y no obstante objetables desde el punto de vista
lingüístico. Por ejemplo, una persona que fue defraudada por su mejor amigo/a,
puede decir que "Al final no se puede confiar en nadie". Utiliza el
"nadie" como si todas sus experiencias hubieran sido iguales. Utiliza
la palabra "confiar" como si todos los casos en donde se sintió
defraudada fueran iguales.
No pretendo
que el lector marque los errores lingüísticos a quienes los mencionan. Lo que
sucede, y esta distinción sea tal vez la más importante, es que el hablante
vive la experiencia según la describe con su lenguaje, y no puede distinguir
que su experiencia remite a información sensorial exclusivamente. Aún más, al
describir la experiencia, emergen emociones acorde a su descripción, y no
acorde a lo experimentado.
Este
proceso, claramente, es inconsciente. De hecho, si no contamos con herramientas
necesarias, aun haciéndole notar esta distinción al hablante, probablemente
continué creyendo que su experiencia es la que describe con su lenguaje y no la
que experimentó a través de sus sentidos.
Desafiamos
a través de preguntas que buscan conectar al hablante con una estructura más
profunda. Por ejemplo:
-
"¿Hay alguien en que sientas que puedes confiar?"
Ante una
pregunta como esta, algo sucede en los circuitos neurológicos del oyente,
generalmente lo notamos a través de un gesto. Y nos encontramos con respuestas
como:
"Bien...
sí... claro... en mi madre/padre/amiga/o puedo confiar".
Notemos
como estamos modificando las percepciones del mundo que tiene nuestro
interlocutor con tan solo una pregunta. Ahora su visión del mundo comienza a
modificarse. No quiero decir con esto que vamos a llevarle a un estado de
alegría. Esta podría ser la primera pregunta…
Continuaremos
en un próximo post avanzando un poco más sobre la temática.
Bibliografías:
Diferentes autores - Introducción al PNL
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